viernes, 1 de febrero de 2008

tierra sin jaime

La niña inéscrupulosa escuchaba Jaime sin tierra, pero no entendía la letra.
Será porque vos no escuchas que yo grito por dentro decía; y lo intentó pero le falto el aire y se asustó. Abandono la idea.
No se imaginaba como era que él sentía la ruptura de su corazón o porque quería ser un auto. Más que un auto, ella elegiría ser reina de la vendimia, para que le regalen uno.

Su hermano se había olvidado el casssettte puesto y sonaba por todo su cuarto, colmándolo de algo como una sensación rara y fea que ella sentía pero que no sabía como llamar aún.

La melodía la hundía .
No la dejaba jugar a cortar las cortinas. Tampoco sentía gracia por nada y de pronto casi que quería llorar.
Quiso apagarla pero no la dejaban tocar el equipo de música,
le podía dar corriente.

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